27 de enero de 2015

El Rey ha muerto, viva el Rey

Cómo una muerte anunciada,
Nuestra infancia nos ha dejado.
Todo se precipita a la nada,
Para convertirse en pasado.

Ya es la tercera vez que pasa, no es novedad. La energía con la que empezó se había evaporado. Recordando los hechos, me doy cuenta que esta vez ha sido diferente: los medios eran distintos, y los objetivos demasiado entusiastas.


La primera vez, los egos chocaron, como en una gran batalla épica, de la que sólo quedaron cuervos, rodeando los restos que sangre, en un campo de batalla demasiado pequeño para tan grande ejercito.
Tras esta ocasión, los supervivientes intentaron crear algo nuevo, ir más allá de los espejos, a los que Alicia accede en su segundo relato. Aun que nunca lo dije, ahí me sentí en un autentico hogar, donde aprendí casi todo lo que hoy sé.

Y entonces, Goliat volvió. Y como hinchas desesperados, tras muchos años sin títulos, celebramos, como si se tratara de un triunfo, el regreso más deseado. Como los turrones, su logo anunciaba, siempre estuvimos aquí, des de el principio de los tiempos. Fue una época extraña, donde la felicidad se torno amarga. Eso ya no era lo mismo. La complicidad había desaparecido, y recordando los bandos de la primera batalla, nació una nueva guerra, de las entrañas de la aparente felicidad.

Tanta guerra sólo puede destruir de nuevo, y así fui como murió por segunda vez.

En una comunidad cada vez más grande, no fue difícil crear un nuevo espacio. Con la intención de aprender de los errores, una mallorquina y una andaluza trabajaron duro para crear una nueva estructura, que mantuvo la comunidad a flote, aun que nadie se acuerde.

Los problemas ya eran parte de todo, como una enfermedad nunca curada, cada vez que llegaba la calma, una tormenta se aproximaba, y como un gran torbellino, engullía las fuerzas y las ganas de luchas. Miles de diques se erigieron, normas y control, formó parte de una comunidad plagada de rencor. Cientos de grupos surgían, sin un líder.

Pero algo mágico se anunció. Todo no estaba del todo muerto, y cual Jesucristo, a los tres días resucitó, para alzarse a los cielos y poder ver la situación. Un nuevo rostro era la esperanza para una nueva era.
Al principio parecía fácil, pero un agujero se abrió bajo los pies, cual madriguera entre los arbusto, engullendo toda la ilusión, y amputando los miembros, de un grupo cada vez más sesgado. Las comunidades que parecían expectantes, se dieron cuenta que debían seguir con su trabajo, esperando impacientes, alguna actuación más allá de las palabras. Cada proyecto nuevo, era destruido, cada ilusión, evaporada, y todo el trabajo, se reducía a observar como el mundo ignoraba la labor realizada.  

No era de extrañar, pues, que el fénix se calcinara de nuevo, formando un nuevo huevo, para intentar preservar, en el corazón de las que lucharon, la poca ilusión que quedaba.

Podemos creer que hoy es el fin, pero todas sabemos que esto puede volver, como ya lo ha hecho tantas veces, porque, un día, todas pensaremos ¿Por qué lo dejamos morir? Y sabremos que no hicimos nada para impedirlo. Cada vez que acaba un poco de todos se va, y no hay nada que nos una.


Como fue costumbre en la edad moderna, se decía “el rey ha muerto, viva el rey” para anunciar la continuidad de la monarquía. Aun que esto haya acabado, el movimiento seguirá, y resurgirá, con más fuerza, las ganas de luchas. 

2 comentarios:

  1. Qué bien has expresado todo *_* No teng nada más que añadir.

    Y recuerdo con mucho cariño precisamente a la comunidad mallorquina: Yo empecé en el Lolita cuando LiW había cerrado y todo lo que aprendí en su momento fue gracias a las chicas de Lolita Boudoir (Canarias) y Lolita in the Sky ♥

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    1. Como historiadora he tenido que hacer retrospectiva, es la mejor manera de entender el porque de los hechos

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