12 de mayo de 2015

Los lazos que nos unen, no están atados


Somos extraños que comparten momentos, amigas de yeso, con relaciones que se quiebran. Cuando empezamos, siempre queremos ser amigos de todos. Amamos esto, y creemos que todo el mundo lo ama igual. Sea cual sea tu estilo, al final te unes con personas que, quizás, aun que no lleven un coord como el tuyo, hay algo que, en el interior, os une más que las puntillas. 
El Lolita y la amistad es como un Dream Dress, escaso y valioso. Sólo por él harías lo que hiciera falta. Lo mismo pasa aquí. Los lazos de la comunidad, a veces, sobrepasan las puntillas, y se clavan en el corazón.

He encontrado grandes amigas, también he sufrido mucho por creer en algunas personas. Palabras vacías, promesas sin fundamento, y al final, te das cuenta que no existe nada. A veces creo que no encajo, que no formo parte de esto, y que nadie me comprende de verdad. Por más que lucho y lo intento, soy una mancha en un vestido blanco. 

No se que es lo que hay en mi, me he pasado la vida sin encajar, como un engranaje con un diente roto, en una maquinaría que funciona mejor sin mi. Esta claro que no todo el mundo tiene que ser tu amigo, sólo por que te guste lo mismo, pero a veces, veo mucha frialdad: nos reunimos, a pesar de que no somos amigos, compartimos muchos momentos, aun que a penas nos conocemos. 

Los lazos que nos unen, no están atados.

Meru, por Andrea R. 

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